martes, octubre 07, 2008

Llenar tu nombre de Ana Rosetti

Autora: Ana Rosetti
Título: Llenar tu nombre
Editorial: Bartleby Editores (web)
Páginas: 64
ISBN: 9788495408907
PVP: 9 €
Año de publicación: 2008
Adquiriendo en Librerías Bertrand una tarde de septiembre.


Quizá el oficio del poeta no haya sido otro, a través de los siglos, que llenar de sentido el término poesía. Ana Rossetti, en este libro cargado de sugerencias, de reflexiones sobre la materia poética, se alía con las palabras para indagar en sus poderes y en su misterio e intentar llenar ese nombre por el que, en el fondo, circula la existencia. En la poesía está la vida. Está el amor. Y la muerte. En ella vive la naturaleza y respiran los sueños. Convive lo real y lo imaginado. La certeza y la incertidumbre. El gozo y el sufrimiento. Sobre tales afirmaciones se levanta este perturbador y luminoso Llenar tu nombre, un poemario que pone de relieve la plena madurez creativa de su autora.

Imagen: Diario del poeta Neorrabioso
Texto: Manuel Rico (Bartleby Editores)


El aventurarse a hablar de libros en esta época tiene algunos problemas a los que me referí ya la última vez: de todo se ha escrito y de todo se ha hablado y es raro no encontrar alguna referencia previa. Por otro lado, dicho sea, que estas entradas no son críticas serias literarias. No pretendo que lo sean, quiero decir (si a alguien esto le parece serio, no seré yo quien se lo niegue). No leo para hace críticas, lo hago para mi propio deleite y el comentar aquí algo al respecto suele ser, más que nada, para no olvidarlo.
Rosetti es todavía una desconocida que habla de poesía con metáforas divinas. Se emparejaba con San Juan de la Cruz (cuyo Cántico Espiritual debería pintarse en las paredes para asegurarnos de que todos pueden leerlo) y no me extraña. Se trata esta obra de una poesía densa, de un verso largo impregnado de significados y referencias, como la propia lengua, la palabra, como el mismo cansancio que nos produce tras, consultar una palabra, volver a dejar el pesado diccionario en la estantería. Es denso y envolvente, como si marcara la separación entre mundo real y hoja. Las letras llaman a los ojos incluso cuando estos, cansados, absortos en la consideración de lo leído apenas hace segundos, se empeñan en mirar el color neutro de las paredes.
Sencillamente, maravilloso.

Aquí, el enlace a una entrevista