No, no es que me haya llegado un bring nuevo (que también), sino que me han devuelto ya, por primera vez, uno de mis libros en ring; claro, esto hace mucha ilusión siempre, pero es que encima ha vuelto estupendamente y a todo el mundo le ha gustado (más o menos, que en esto siempre hay grados). Así que eso, que ando muy contenta con su vuelta... ¿De qué libro se trata? Sorpresa... Y su diario de viaje, para que veáis dónde ha estado.
Además me ha llegado también un ring de Auster... El país de las últimas cosas organizado por Tarada y uno de esos libros a los que, mano a mano las dos, hemos seguido la pista con lupa. Así que más Auster para mis ojitos. Aysss.... ¡Qué de cosas por leer y qué poco tiempo!!
En otro orden de cosas...
Esta mañana en clase una profesora ha bromeado sobre la cantidad de títulos que habíamos leído desde el comienzo del año... y he aquí que yo he sonreído... (Vamos, que hasta me haría ilusión que me la pidiera jejeje) Sobre todo porque pretendía, al menos en un principio, no contar las lecturas obligatorias. Este cuatrimestre debo leer más de 20 libros, algunos de ellos con nombres (y tamaños) tan sugerentes como El Persiles (más de 700 páginas), Un mundo para Julius (más de 600), La ciudad y los perros (casi 500)... Por supuesto son lecturas interesantes (vale, El Persiles sólo apto para filólogos y/o frikis), pero de mucho volumen y que hay que leer atentamente y saber comentar y... Bueno, supongo que ya entendéis por dónde voy... Que uno no puede leer muy a la ligera (o por lo menos no debería). Así que eso os cuento, que ando a mitad de la vida de Julius (y ¡qué parrafos tan largos!)...
Y como soy incapaz de tener sólo un libro empezado, pues ahí está una antología de poesía última durmiendo junto a mi cabeza... Si es que...